miércoles, 9 de abril de 2008

Revista Conyuntural


Healthy Old Europe

Nicholas Eberstadt and Hans Groth

From Foreign Affairs, May/June 2007


Summary:  The population of western Europe is aging steadily, and the region's birthrate is well below the replacement level, but Europe's elderly are exceptionally healthy. That means they could be more productive for longer than their predecessors were. If western European governments learn to tap this potential, healthy aging could become the region's next great economic asset.
Nicholas Eberstadt holds the Henry Wendt Chair in Political Economy at the American Enterprise Institute and is Senior Adviser to the National Bureau of Asian Research. Hans Groth is a Member of the Board of Directors for Pfizer-Switzerland AG and a Pfizer Global Health Fellow.

AN UNTAPPED ASSET
Over the past generation, western Europe has fallen behind in its long-term economic competition with the United States. Since 1980, the United States' total GDP growth has outpaced that of the EU-15 (the 15 states that belonged to the European Union then) by an average of 0.8 percent per year. Social and economic policies are, of course, partly responsible for western Europe's economic deceleration. But demographic trends have also had a major influence. As is widely recognized and commonly bemoaned, the population of western Europe is steadily aging, and the region's birthrate, looking ever more anemic, is well below the replacement level. The specter haunting western Europe today is the prospect of inexorable demographic decline.
But whatever the demographic challenges, the economic implications of western Europe's population outlook are by no means unremittingly bleak. Western Europe's aging population is exceptionally healthy. As a result, western Europeans are more capable of remaining productive into their advanced years now than they used to be, and perhaps even more so than their American counterparts.
Western Europe could reap economic benefits from the healthy aging of its population. But to capitalize on these incipient opportunities, western Europeans will have to change the way they choose to live and work today. If they hope to remain economically competitive in the years ahead -- and wish to enjoy continuing improvements in living standards -- western Europeans must face the continent's new demographic realities squarely. Otherwise, they will in fact be resigning themselves to slow growth, stagnation, or even long-term relative decline.
BABY BUST
In 2005, the population of western Europe was larger than that of the United States by nearly 100 million people; by 2030, it is expected to be greater by just 35 million. Whereas the U.S. population is anticipated to grow by over 65 million during that period (implying a robust rate of increase of about 0.8 percent per year), western Europe's population is expected to remain virtually stagnant (growing by less than one percent over the entire 25-year period). A divergence in the structures of these populations is also under way. In 2005, western Europeans outnumbered Americans in virtually every age group, exceeding Americans by 37 percent among people of prime working age, between 35 and 49 years old. By 2030, however, there will be nearly as many Americans as western Europeans in the 35-to-49-year-old category and many more Americans under the age of 30.
Western Europe beats the United States only in the 80-year-plus age group. In 2005, western Europe's population was already grayer than the United States': its median age was about 40, compared with 36 in the United States. And while the median age of western Europeans is expected to rise by an average of two days every week between now and 2030, reaching close to 47 years by 2030, the median age of Americans is projected to be just 39 years by then -- still less than that of western Europeans today.



Opinión: El artículo anterior es parte de las revistas de análisis conyuntural sacado del Foreign Affairs ya que el autor Nicholas Eberstadt es un especilista en cuestiones de polític internacional por ser miembro de The President's Council on Bioethics, 2006 United States Commission on Helping to Enhance the Livelihood of People, 2005, Board of Scientific Counselors, National Center for Health Statistics, U.S. Department of Health and Human Services, 2003 entre otras cosas, ademàs de hber escrito otros 5 artículos màs en la revista Foreign Affairs. Este artículo lo puede leer cualquier persona que esté interesada en el tema del desarrollo dela Unión Europea, en mi caso, me interesa conocer el crecimiento en cuestiones económicas y como lo muestra este artículo, también en cuestiones de población. Se puede encontrar que el autor hace una opinión acerca de las medidas que deberían de tomar los paises de la Unión Europea, en especial lo de Europa occidental para que modifiquen la forma de trabajo y eso les ayudará a traer un mejor crecimiento económico, de lo contrario, podrìa haber una recesiòn. Por esta misma razón, tambíén es de análisis conuntural ya que esta enfocado a persudiar a los gobiernos europeos para tomar las decisiones en cuanto a mayor competencia económica con Estados Unidos.

Bibliografía:
Eberstadt, Nicholas, Groth, Hans. Healthy Old Europe. Foreign Affairs (May/June 2007)

El euro marca otro récord ante el temor a una recesión en EE UU



EL PAÍS - Madrid - 01/03/2008


El euro sigue su escalada y acaba la semana marcando otro récord al pagarse ayer a 1,524 dólares. La debilidad de la moneda estadounidense ha acentuado sensiblemente en las últimas semanas y superó el cambio de 1,5 dólares por euro el pasado martes por primera vez.

La nada optimista intervención el jueves en el Senado del presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, no contribuyó a moderar la tendencia. De las palabras de Bernanke, los inversores interpretaron que el deterioro económico de EE UU se agudiza y que Bernanke está dispuesto a hacer otro recorte de tipos para evitar la recesión. Una decisión que ampliaría la diferencia entre el tipo de interés estadounidense (3%) y el de la zona euro (4%), y haría más atractivos los activos nominados en la moneda europea.

La debilidad del dólar se extiende a su cambio con las principales monedas del mundo. Ayer marcó su nivel más bajo frente a la divisa japonesa desde 2005 al cotizar a 104 yenes. Y con el dólar a la baja, la inversión en los mercados de materias primas se intensifica. Si el martes fue el petróleo Brent el que superó la barrera de los 100 dólares por barril, ayer la onza de oro marcó otro récord al cotizar a 976,32 dólares.

Opinión: Una vez más se muestra que el dólar está en recesión comparado con el euro. Desde que el euro entró en vigor y hasta el momento, no se ha registrado una baja por lo que muchas inversionistas le tienen "fe" a esta moneda europea y cada vez más desconfianza al dólar por la crisis que está viviendo Estados Unidos.

Bibliografía: 

España es el segundo país europeo con más paro


EL PAÍS - Madrid - 01/03/2008

España ocupa los primeros puestos de crecimiento económico en Europa, pero también es campeona en paro. El año ha arrancado con un 8,8% de la población activa en desempleo, la segunda peor marca de la Europa de los Veintisiete después de Eslovaquia, que alcanza los dos dígitos. Son datos de Eurostat, la oficina estadística comunitaria, referentes a enero y que sitúan en el 6,8% la tasa media europea. El resultado es algo peor en la zona euro: 7,1%.

Además de ser el segundo peor situado, España constituye uno de los pocos países que en el último año han empeorado su situación de desempleo. La tasa mensual que ofrece Eurostat es seis décimas superior a la de hace un año. De los países que ofrecen datos, sólo Estonia e Irlanda han experimentado también una involución en desempleo. El resto ha mejorado o ha permanecido igual.

Tras varios años de caídas, el paro sufrió un repunte en el último tramo de 2007, acentuado con la entrada del nuevo año. El declive de la construcción y de algunos servicios, especialmente los asociados al ladrillo, ha deslucido las cifras. Los datos de Eurostat no constituyen, sin embargo, la forma idónea de calcular la tasa de paro, suministrada con periodicidad cuatrimestral por la encuesta de población activa (EPA), el mejor termómetro del mercado laboral.

Lo que hacen los estadísticos comunitarios es aplicar al último dato conocido de la EPA (el 8,6% de final de 2007) las cifras de paro registrado que se van divulgando cada mes. Como el año ha arrancado con 132.378 parados más, los técnicos han corregido al alza la tasa de diciembre.

Los países con menos paro de Europa son Holanda (2,9%), Dinamarca (3,1%) y Chipre (3,6%).

Londres se encomienda a los mercados


Los presupuestos británicos ponen de relieve el escaso margen del Gobierno de Gordon Brown frente a la crisis crediticia

WALTER OPPENHEIMER 16/03/2008

Después de 11 años de triunfalismo económico, el Gobierno británico se encuentra con las manos vacías para afrontar la desaceleración económica y no ha tenido más remedio que encomendarse a los mercados y cruzar los dedos para que la crisis crediticia amaine y las cosas mejoren por sí solas. Alistair Darling, el discutido sucesor de Gordon Brown al frente del Tesoro británico, no ha salido bien parado de su primer presupuesto como canciller del Exchequer y ha acabado poniendo en evidencia las limitaciones a las que están sujetos los laboristas para capear la crisis.

En los últimos meses la prensa británica ha venido aireando, a menudo con exagerado dramatismo, las dificultades que se avecinan para la economía española debido a su dependencia del sector de la construcción. Seguramente la británica no se enfrenta a semejantes desequilibrios, pero su Gobierno tiene menos margen de maniobra. En el Reino Unido ya están hechas las reformas estructurales que demandan a José Luis Rodríguez Zapatero y las cuentas públicas están muchísimo menos saneadas que las españolas, restando al Gobierno margen de maniobra para inyectar vigor a la economía con políticas keynesianas. Mientras, de acuerdo con la normativa contable de Maastricht, España prevé para este año un superávit del 1,2% del PIB en las cuentas públicas y una deuda pública del 34% y en declive, el Reino Unido prevé un déficit del 3% y una deuda del 46,1% y en ascenso.

Han llegado las vacas flacas y el Gobierno británico "tiene los armarios vacíos porque los laboristas no se han preocupado de llenarlos" cuando las vacas estaban gordas, ha denunciado enfáticamente el líder de la oposición, el conservador David Cameron.

El sector financiero puede ser el talón de Aquiles británico en esta crisis. Una prolongación inesperada o un agravamiento de la crisis financiera podría acabar impactando en el que ha sido uno de los grandes motores del tirón económico británico en los últimos 20 años. Mientras el conjunto de la economía ha pasado de un índice 100 en 1970 a cerca de 250, la intermediación financiera ha pasado en ese mismo periodo hasta casi 400 y su crecimiento se ha producido sobre todo a partir de 1987, con la liberación mundial del movimiento de capitales.

El sector financiero tiene ahora un peso del 10% en el conjunto de la economía y aporta un millón de empleos directos. Las exportaciones financieras, excluyendo el sector de seguros, han pasado de 3.000 millones de libras en 1991 a 23.000 millones en 2006 (casi 30.000 millones de euros al cambio actual).

Nadie espera que la City de Londres vaya a entrar en crisis, pero el problema para el Gobierno es que ha acabado cuadrando los presupuestos para el año fiscal que empieza en abril con la asunción de que "las disfunciones actuales en los mercados financieros empezarán a ceder durante la segunda mitad de 2008 y las funciones crediticias empezarán a normalizarse a mitad de 2009". A partir de ahí, Alistair Darling ha recortado sólo en un cuarto de punto las expectativas de crecimiento para 2008 de hace seis meses (aunque 0,75 puntos básicos respecto a hace un año), dejándolas en el 2%. El consenso entre los analistas es que se quedará en el 1,7%. Más escepticismo aún hay sobre las previsiones para 2009 (2,5%, un cuarto menos de lo previsto) y para 2010, que se mantienen en el 2,75% ya previsto.

Con la libra a la baja respecto al euro y los consumidores más prudentes que en los últimos años -en los que han tirado de hipotecas baratas y tarjetas de crédito como nunca antes-, Darling espera que el sector exterior compense en parte la esperada caída del consumo y la reducción de las inversiones. Y ha tirado de los impuestos sobre el alcohol, el tabaco y los coches más contaminantes para cubrir las necesidades recaudatorias.

Opinión: Como se comenta en la noticia,  el Reino Unido se preocupa por la crisis económica que está por vivir el gobierno de Gordon Brown. Aunque Gran Bretaña había logrado tener una de las economías más estables de Europa,  esta vez, su moneda la libra esterlina se ha visto con una baja respecto al euro. Podemos concluir que el sector financiero que mantiene el Reino Unido no se ha fortalecido en los últimos años a diferencia de los miembros de la UE  que si adoptaron al euro. De cualquier forma, se sabe que Gran Bretaña se encuentra de la euro zona, así que si su moneda se llegará devaluar o necesitara ayuda comunitaria con un Banco central que controlara la economía, entonces podría adoptar al euro, pues cumple con los requisitos previstos.

Bibliografía:
Oppenheimer, Walter. "Londres se encomienda a los mercados". Marzo, 16, 2008. Periódico El País. Economía

martes, 8 de abril de 2008

La decadencia del dólar



La moneda de EE UU pierde fuerza como divisa de referencia, con una caída sostenida que dura ya más de seis años

CLAUDI PÉREZ 06/04/2008  

Los norteamericanos suelen decir que Dios protege a los niños, a los tontos, a los perros y a los Estados Unidos de América. Pero la protección divina no parece incluir al dólar: el billete verde inició en 2002 un declive sostenido que no acaba de detenerse. En aquel momento, con un euro se obtenían 86 céntimos de dólar. Ahora, el cambio sale por 1,57.

Y la cuestión es hasta dónde puede seguir cayendo. La supermodelo brasileña Gisele Bundchen, los anticuarios de Manhattan, los vendedores de entradas del Taj Majal y hasta el rapero Jay Z han sido noticia en los últimos meses por un denominador común: no aceptan dólares o prefieren cobrar en euros ante la caída del billete verde. El dólar sigue siendo la moneda internacional de referencia, pero los inversores ya no le tienen la misma fe. Los países exportadores de petróleo -junto a las grandes economías asiáticas- empiezan incluir el euro en sus ingentes reservas, en detrimento del dólar. Algunos, como Irán, incluso tienen previsto cobrar el crudo en euros, por razones económicas pero también políticas.

Detrás de esa decadencia del dólar está la debilidad de la economía estadounidense. La crisis financiera iniciada con las hipotecas basura el pasado agosto ha desembocado en la temida recesión y ha acentuado el perfil bajo del billete verde con respecto al euro y a otras monedas, como el yen y la libra. Hay más razones. Los norteamericanos han vivido durante años por encima de sus posibilidades, con un déficit exterior galopante, que ronda los 750.000 millones de dólares, más del 5% del producto interior bruto de Estados Unidos.

Aun así, es difícil que el dólar pierda estatus. El financiero George Soros apostó en 1992 contra la libra esterlina y ganó: la moneda británica se derrumbó. Los ataques especulativos fueron habituales a lo largo de los años noventa: México, Tailandia, Rusia, Brasil y un poco más tarde Argentina sufrieron el acoso de los especuladores sobre sus monedas. España, también. Pero, en principio, el dólar está en otra categoría.

"El declive del dólar es evidente, por la propia desaceleración de la economía americana. Y las autoridades de medio mundo han empezado a diversificar sus reservas. Pero ese es un proceso que viene de lejos, y que va a seguir siendo muy gradual. Difícilmente puede haber correcciones drásticas porque al fin y al cabo la economía de Estados Unidos empezará a recuperarse en la segunda mitad de este año", asegura Pablo Guijarro, de AFI. En otras palabras: es normal el castigo, que ha llevado el dólar a niveles nunca vistos, pero no se espera una debacle. "Además, el dólar débil le viene de lujo a EE UU: sus exportaciones son más baratas y permiten rebajar el déficit exterior", añade Guijarro.

José Carlos Díez, economista jefe de Intermoney, destaca que Estados Unidos "necesita en estos momentos un dólar a la baja para salir del paso". "Pero no va a dejar de ser la moneda de referencia mientras la primera economía del mundo siga liderando las ganancias mundiales de competitividad", asegura.

Tras la inestabilidad en los tipos de cambio hay siempre desequilibrios comerciales. Y los desequilibrios de balanza de pagos no han dejado de incrementarse en los últimos años: los más de 700.000 millones de dólares del déficit estadounidense contrastan con los holgados superávit de economías como Japón, China y otros países emergentes. Un superávit sostenido suele suponer, a la larga, la apreciación de la moneda, como en el caso de Alemania durante los años sesenta y setenta. Y de igual manera, cabía esperar que el déficit de EE UU desembocara en una depreciación de la moneda.

Hasta ahora, eso ha sucedido a medias: el dólar pierde valor con respecto al euro, el yen y la libra esterlina, pero no con relación a las divisas de las economías emergentes, en parte por su rol como divisa de referencia. Sin embargo, para Paul Donovan, de UBS, ese papel del dólar como moneda en la que se acumulan reservas "está en franco declive". "Al dólar le va a suceder algo parecido a lo que le pasó a la libra hace 90 años", augura.

Los tipos de cambio, claves en la reunión del G-7
En los últimos 25 años ha habido un puñado de operaciones de salvamento en los mercados cambiarios. En 1985, los acuerdos del Plaza -la reunión del entonces G-5 en el hotel Plaza de Nueva York- permitieron que el dólar, por aquel entonces fortísimo, empezara a deslizarse por la senda de la depreciación. Nadie espera nada parecido, pero el dólar será uno de los temas estrella en la próxima reunión del G-7, el grupo que reúne a las siete mayores economías del mundo, que se celebra en Washington a partir del viernes.

El Banco Central Europeo repite desde hace meses el mismo soniquete con respecto a las monedas. Básicamente, que los tipos de cambio deben reflejar los fundamentos de las economías y que movimientos excesivos en las cotizaciones "no son bienvenidos". "La excesiva volatilidad y los movimientos desordenados" de las monedas perjudican el crecimiento, en opinión de Jean-Claude Trichet, presidente del BCE.

Las autoridades estadounidenses no han dejado de mostrarse partidarias de un dólar fuerte, pero sin el poder de convicción de antaño. "El Gobierno puede hablar acerca de que le interesa un dólar fuerte, pero no sigue las políticas adecuadas", asegura el influyente Warren Buffet. Las sucesivas reducciones de los tipos de interés tiran a la baja del dólar. "Sobre todo cuando el BCE sigue sin tocar los tipos", añade José Carlos Díez, de Intermoney. "A nadie le interesa un desplome aún mayor del dólar. No es probable una actuación del G-7, pero sí es posible que los bancos centrales coordinen sus políticas monetarias para evitar males mayores", apunta.

Opinión: 
La noticia hace referencia al declive que ha tenido el dólar ya que se ha observado una baja de este, en los últimos 6 años. Por lo mismo, no solamente gente del espectáculo prefiere cobrar en euros, sino que ahora los grandes inversionistas prefieren invertir en euros pues les brinda mayor seguridad la estabilidad que el euro ha conseguido en los últimos años, ya que se ha tenido un crecimiento notable. Por su parte, especialistas estadounidenses no creen que el euro pueda llegar a reemplazar al  dólar, pero esto es incierto pues por la crisis financiera que ha vivido EU, la economía de este país se ha visto algo afectada, mientras que la integración de la Unión Europea promete una economía mucho màs estable.

Bibliografía:
Pérez, Claudi. "La decadencia del dólar". Abril, 6, 2008. Periódico El País. Economía

Turbulencias en los mercados

La construcción sufre en España la mayor caída de la UE

El PAÍS - Bruselas - 20/03/2008


España ha encabezado durante años todos los indicadores del boom de la construcción. Ahora encabeza los del declive. La economía española fue la que más acusó la caída de este sector en el mes de enero, según datos publicados ayer por Eurostat, la oficina estadística comunitaria. La producción cayó un 8% respecto al arranque de 2007, un nivel seguido muy de lejos por el Reino Unido (2,9%), otro país donde la burbuja inmobiliaria se ha desinflado.

Pese a que la tendencia es ineludible, el dato de enero no resulta muy representativo, pues de los 27 países de la Unión Europea, sólo 10 han proporcionado datos. De ellos, seis viven un momento al alza y cuatro a la baja. Entre los primeros destacan Rumania, con un aumento del 33,7%, y Eslovaquia (14,9%). Los nuevos países miembros tienen aún mucho más recorrido para crecer en construcción.

En el conjunto de la UE, las actividades ligadas al ladrillo -tanto las residenciales como las de construcción civil- mejoraron un raquítico 0,7%. El resultado fue algo superior en la zona euro: 1,6%.

Si se compara con diciembre, la construcción también cayó en España (un 1,1%), aunque en este caso Polonia y Suecia la superaron en porcentaje.

El euro ahuyenta la pesadilla del 93

La economía se frena cada vez más, pero los expertos descartan una recesión

ALEJANDRO BOLAÑOS - Madrid - 08/04/2008
 
"Inmobiliarias y bancos renegocian créditos para evitar el derrumbe del mercado". "La venta de coches cae un 30%". Noticias como éstas simbolizan la preocupación por el deterioro económico. Pero las citas textuales corresponden a artículos publicados a principios de 1993. La fecha evoca la peor pesadilla de la economía española: la última vez que entró en recesión, que el valor del PIB dio marcha atrás. La similitud de algunas señales es desasosegante, pero los expertos rechazan que el frenazo del crecimiento lleve a una crisis tan virulenta como aquélla. Y destacan que el euro, y la disciplina económica a la que obliga, brindan un sólido asidero al que agarrarse.


El superávit da margen al Gobierno para reactivar la demanda
Con la peseta, un déficit exterior del 10% del PIB sería insostenible
La coincidencia en los titulares no es achacable a falta de imaginación, sino a fenómenos miméticos. "La construcción es un sector que marca el ciclo, la caída en precios y viviendas construidas fue entonces más abrupta incluso", recuerda José Luis Malo de Molina, director del servicio de estudios del Banco de España. Más paralelismos que abonan el debate: en 1991, Estados Unidos, como ahora, entró en recesión; Europa lo pasó aún peor. Y la inflación también se aceleraba, aupada por el repunte del petróleo.
Estas semejanzas y la continua revisión a la baja de las previsiones -el Banco de España pronostica un crecimiento del 2,4% en 2008, la tasa más débil desde que se salió de aquella crisis-, avivan el pesimismo. La referencia de la recesión se ha incorporado ya a los ejercicios teóricos: el propio supervisor analizó la semana pasada qué pasaría si la tasa de morosidad actual (1%), llegara a los niveles de 1993 (7%).
Pero lo que destacan los expertos son las diferencias. "Era una economía de graves desequilibrios, el déficit público y la deuda pública estaban en niveles muy altos y se subieron los tipos de interés, sin éxito, para aliviar la inflación y mantener el valor de la peseta", afirma Malo de Molina, que subraya, en declaraciones a EL PAÍS, la "mucha mayor estabilidad" de la etapa actual. Los niveles de moderación salarial, déficit público o paro no aguantan la más mínima comparación (ver gráfico).
"Si no fuera por el euro...". El economista José Luis Feito deja la advertencia en el aire. Feito formó parte del grupo de sabios que asesoró entre 1994 y 1997 al Gobierno para salir de la crisis. "El crecimiento de estos años ha sido posible gracias a las ventajosas condiciones financieras en la zona euro, que han llevado a un gran endeudamiento. Si siguiéramos con la peseta, no habría sido sostenible un déficit exterior del 10% del PIB, habría habido un ajuste mucho antes", dice.
En los noventa, las presiones sobre la moneda fueron el detonante de la crisis. El compromiso adquirido para mantener la peseta en una determinada banda de tipo de cambio le estalló a España en las manos cuando los inversores internacionales empezaron a dudar de la marcha de la economía. Se abrió entonces un juego diabólico: como ya pasara con la libra y la lira, los inversores apostaron en los mercados a que habría una devaluación de la peseta para incentivar las exportaciones y recortar el déficit exterior; el Banco de España elevó los tipos de interés y se gastó sus reservas para mantener el cambio. El juego acabó con cuatro devaluaciones en dos años y aceleró el enfriamiento del consumo -las importaciones subieron de precio-, y la recesión.
El déficit del Estado añadió carga explosiva al cóctel. En la década anterior, el peso del gasto público había escalado del 27% (1978) al 40% (1986) del PIB. "El Estado de bienestar estaba por construir", justifica Ángel Laborda, de la Fundación de Cajas de Ahorros. El efecto expansivo de esa inyección fiscal se agotó antes de los noventa, pero siguió empujando a la inflación. El Gobierno socialista renunció a embridar el gasto público tras la huelga general del 14 de diciembre de 1988. Y el alza de tipos, forzada también por la política monetaria de Alemania, dio la puntilla: los intereses de la deuda llegaron a suponer más del 90% del déficit.
Cuando la recesión estaba en su apogeo -menos recaudación, más gasto en subsidios de desempleo-, el déficit rondaba el 7% del PIB. "La política fiscal contribuyó a que la crisis fuera más fuerte. Ahora estamos en la situación contraria, con un superávit del 2,2% el Gobierno puede tomar medidas fiscales para incentivar la demanda", afirma Laborda, que también participó en aquel grupo de sabios. "El superávit debió ser mayor", defiende.
Laborda recuerda que el crecimiento ha empezado a resentirse tras 13 años de bonanza. En los noventa, sin embargo, culminó una etapa expansiva intensa pero corta: el recuerdo del "decenio negro" (de 1976 a 1986) aún estaba fresco. Y añade que la flexibilidad laboral, por la incorporación de los inmigrantes, y la rentabilidad de la empresa española son también mucho mayores.
Pero la diferencia básica con el 93 estriba en que ahora la moneda española es el euro, la divisa más fuerte, y la unión monetaria es una zona económica con superávit, donde encontrar financiación no es un problema. "No hay posibilidades de un ajuste brusco, pero España tampoco tiene ya mecanismos como los tipos de interés o la devaluación para salir de una crisis", recalca Feito.
La crisis internacional originada por las hipotecas basura de EE UU mete a España y las economías más dependientes del exterior en un nuevo escenario. "Con la crisis, el sistema ha perdido su capacidad de discriminar la calidad de los títulos de deuda y hay una clara restricción financiera global", dice Malo de Molina, quien cree que esto podría ser un problema grave "si dura mucho tiempo".
Feito añade que, si la restricción financiera se mantiene, aún quedarían resortes como mejoras en la productividad o en la competitividad. Pero también que países como Italia o Portugal, tras registrar episodios de intensa desaceleración, sólo han podido encadenar años de crecimiento muy modesto. "¿Cómo se va a ajustar la economía dentro de una unión monetaria? Entramos en un territorio inexplorado", apunta Malo de Molina.

Opinión: Tal como lo dice el título de la noticia, gracias al cambio que tuvo España de la peseta al euro, su economía se ha fortalecido y ha impedido que se llegue a otra crisis como la que ocurrió en el 93, ya que antes España tenía una economía muy desequilibrada. Gracias a que las decisiones sobre el euro son tomadas mediante el Pacto de Estabilidad y Crecimiento pues este orgáno se encarga de sincronizar la economía de los miembros de la Unión Europea impidiendo que los países por sí solos afecten su economía. Esta es otra de las ventajas que trae consigo el euro en España y en los demás que se encuentran en la euro zona.


Bibliografía:
Bolaños, Alejandro. "El euro ahuyenta la pesadilla del 93". Abril, 8, 2008. Periódico El País. Economía

Sarkozy ensalza la relación franco-británica como vital para Europa


WALTER OPPENHEIMER - Londres - 27/03/2008
 

Las dos pompas más pomposas de Europa se unieron ayer en Londres: la de la grandeur francesa y la de los restos del Imperio británico. Pero la expectación despertada en el Reino Unido por la visita de Estado del presidente de la República Francesa, Nicolas Sarkozy, fue mucho más allá de la pompa real y los cotilleos sobre la nueva mujer del presidente, la supermodelo y cantante Carla Bruni: hubo también política. Y probablemente más de la que se esperaba para ayer, un día en principio dominado por el protocolo real, a la espera de la cumbre bilateral de hoy y las conversaciones entre Sarkozy y el primer ministro británico, Gordon Brown.

El presidente francés sorprendió a sus anfitriones comprometiéndose a "reforzar" la presencia militar en Afganistán y, sobre todo, al declarar que su país "está preparado" para negociar la reforma de la Política Agrícola Común (PAC) de la Unión Europea, uno de los contenciosos históricos que más han enturbiado las relaciones entre ambos países.
Las visitas de Estado de dirigentes extranjeros al Reino Unido suelen ser sobre todo protocolarias, sin gran contenido político. Suele haber dos cada año y rara vez suelen despertar expectación, salvo que se trate de personajes polémicos como el presidente de Estados Unidos, George Bush, que llegó a un Londres todavía encendido contra la guerra de Irak.
La visita de Sarkozy no era sobre el papel más que un mero formalismo: todos los presidentes de la República son invitados y él no iba a ser una excepción. Pero la actual agenda política le ha dado a la llegada de Sarkozy una relevancia política que quizá no hubiera tenido en otro momento. Tanto él como Brown acaban de llegar a sus cargos y han visto desplomarse los índices de apoyo de sus respectivos electorados. Los dos están interesados en reforzar la cooperación bilateral: Brown para realzar la independencia del Reino Unido frente a la voraz maquinaria de la UE y Sarkozy porque debilita así la importancia estratégica de Alemania en el tablero europeo.

Son dos nuevos dirigentes que llegan en un momento en que la guerra de Irak ya no tiene el peso específico que tenía en la política doméstica y en vísperas de un relevo en la Casa Blanca: sea quien sea, el nuevo presidente no estará marcado -de entrada- por el conflicto de Irak, el gran factor desestabilizador de las relaciones entre ambos países en los últimos años.
Sarkozy y su esposa llegaron a media mañana al aeropuerto de Heathrow, donde fueron recibidos por el príncipe Carlos y su esposa, Camilla. Los cuatro se dirigieron en coche al cercano castillo de Windsor, donde les esperaba la reina y donde pernoctaron. Tras escuchar la Marsellesa, la comitiva se dirigió al castillo en coches de caballos y almorzaron en privado.
Por la tarde, Sarkozy se dirigió en el palacio de Westminster a las dos cámaras del Parlamento británico, un privilegio que tuvieron antes el rey Juan Carlos, el general De Gaulle, Willy Brandt, Ronald Reagan, François Mitterand, Mijaíl Gorbachov, Nelson Mandela, Bill Clinton, Jacques Chirac o el Dalai Lama, por ejemplo. Por la noche se celebró en Windsor la cena de Estado, el acto principal desde el punto de vista de la pompa y el protocolo.
Pero el punto álgido del día fue el discurso de Sarkozy en la Galería Real del palacio de Westminster, reunidas conjuntamente la Cámara de los Lores y de los Comunes. Al presidente francés no pareció importarle que los dos grandes frescos que presiden el salón representen las batallas de Trafalgar y Waterloo, dos célebres victorias militares británicas sobre los franceses. Sarkozy regaló los oídos de sus anfitriones con sus inacabables elogios al pasado británico y su agradecimiento "eterno" por la liberación del nazismo, su canto de amor al Reino Unido de hoy, gran líder del librecambismo, sus llamamientos a la "hermandad franco-británica, esencial para una Europa en acción" y su encendida defensa del esencial papel reservado a los británicos en la construcción europea. El presidente no se tomó la molestia de ocultar el objetivo quizás último de esos elogios: acercarse al Reino Unido de Gordon Brown para marcar distancias con la Alemania de la canciller Angela Merkel, con la que no se entiende bien. Lo dijo con gran claridad: "Por supuesto, para nosotros franceses, la amistad franco-alemana es una de las piedras angulares de la reconciliación europea. Estoy convencido de que en la Europa de hoy el motor franco-alemán es esencial. Pero ya no es suficiente para permitir a Europa actuar con todo su peso. Tenemos que arrastrar a los 27 . Necesitamos, primero y ante todo, una nueva entente franco-británica".

Sarkozy reforzó ese mensaje al alinearse con posiciones políticas muy próximas a las británicas. Desde la lucha contra el cambio climático al impulso de la energía nuclear, el control de la inmigración, la reforma de las instituciones internacionales, o la tragedia de Darfur.

Adelantó también cosas concretas, como el compromiso de su Gobierno con la intervención militar aliada en Afganistán y confirmó que "en consecuencia, Francia propondrá en la cumbre [de la OTAN la semana que viene] en Bucarest reforzar su presencia militar".
Y, de forma inesperada pero muy significativa, anunció que Francia "está preparada" para negociar la reforma de la PAC de la UE, uno de los factores, junto a la guerra de Irak, que más enfrentó en el pasado reciente al ex presidente Jacques Chirac y al ex primer ministro Tony Blair.
 

Opinión: Esta es un nota periodística de El País, de la sección internacional en donde peude ver la importancia que tiene mantener buenas relaciones con los miembros de la Unión Europea, en este caso es la relación franco-británica la que se busca reforzar pues como se menciona en la noticia, el presidente de Francia, tiene intereses con el Reino Unido para contrarestar un poco a Alemania.

Bibliografía:
Oppenheimer, Walter. "Sarkozy ensalza  relación franco-británica como vital para Europa". Marzo 27,2008. Internacional.

lunes, 7 de abril de 2008

Esta cita la tome de las Yahoo Alerts que me llegan, ya que la considero la parte más importante de la noticia, para demostrar que el euro está tomando mucha fuerza ya que ha crecido más que el dólar americano y en menos tiempo. Aunque el Euro es la segunda moneda internacional más importante después del dólar americano, la buena estabilidad con la que se ha mantenido podría llegar a remplazar al dólar americano en un futuro.

"The U.S currency lost 8.2 percent against the euro this quarter, the most since December 2004. Today it touched $1.5896, short of the all-time low of $1.5903 reached March 17." 

(Xie, Ye and Nielsen, Bo. "Dollar Posts Biggest Quarterly Loss Against Euro Since 2004". Bloomerang.com  Marzo 31, 2008. 


la "euro zona"

Todos los miembros de la UE son parte de la Unión Económica y Monetaria pero sólo los que han adoptado al euro como moneda oficial pertenecen a la "euro zona". De los 27 miembros de la Unión Europea, Gran  Bretaña, Suecia y Dinamarca han decidido no adoptar al euro como moneda oficial , haciendo reservas al Tratado de la Unión Europea por cuestiones de soberanía económica. Sin embargo, Gran Bretaña y Dinamarca podrían adoptar al euro en un futuro si quisieran, pero Suecia no se encuentra dentro de la euro zona por no haber hecho los cambios necesarios en su Banco central.

¿Cuál es el impacto del euro en la economía de la Unión Europea?


La introducción del Euro en el 2002, fortaleció la integración de la Unión Europea brindado a los  15 países que lo adoptaron mayores comodidades y ha traído grandes beneficios, sin embargo, se espera que cuando el resto de los países de la Unión Europea lo adopten, los beneficios serán mayores.
Lo que se buscó con la introducción del euro, fue que hubiera un mercado común entre los miembros de la UE, al mismo tiempo, mayor estabilidad en los precios para los consumidores, mayor seguridad para hacer negocios entre los países, una fuerte presencia de la economía del UE  a nivel mundial y sobre todo, marcar una identidad propia.


http://www.ecb.int/bc/euro/html/index.en.html