miércoles, 9 de abril de 2008

Londres se encomienda a los mercados


Los presupuestos británicos ponen de relieve el escaso margen del Gobierno de Gordon Brown frente a la crisis crediticia

WALTER OPPENHEIMER 16/03/2008

Después de 11 años de triunfalismo económico, el Gobierno británico se encuentra con las manos vacías para afrontar la desaceleración económica y no ha tenido más remedio que encomendarse a los mercados y cruzar los dedos para que la crisis crediticia amaine y las cosas mejoren por sí solas. Alistair Darling, el discutido sucesor de Gordon Brown al frente del Tesoro británico, no ha salido bien parado de su primer presupuesto como canciller del Exchequer y ha acabado poniendo en evidencia las limitaciones a las que están sujetos los laboristas para capear la crisis.

En los últimos meses la prensa británica ha venido aireando, a menudo con exagerado dramatismo, las dificultades que se avecinan para la economía española debido a su dependencia del sector de la construcción. Seguramente la británica no se enfrenta a semejantes desequilibrios, pero su Gobierno tiene menos margen de maniobra. En el Reino Unido ya están hechas las reformas estructurales que demandan a José Luis Rodríguez Zapatero y las cuentas públicas están muchísimo menos saneadas que las españolas, restando al Gobierno margen de maniobra para inyectar vigor a la economía con políticas keynesianas. Mientras, de acuerdo con la normativa contable de Maastricht, España prevé para este año un superávit del 1,2% del PIB en las cuentas públicas y una deuda pública del 34% y en declive, el Reino Unido prevé un déficit del 3% y una deuda del 46,1% y en ascenso.

Han llegado las vacas flacas y el Gobierno británico "tiene los armarios vacíos porque los laboristas no se han preocupado de llenarlos" cuando las vacas estaban gordas, ha denunciado enfáticamente el líder de la oposición, el conservador David Cameron.

El sector financiero puede ser el talón de Aquiles británico en esta crisis. Una prolongación inesperada o un agravamiento de la crisis financiera podría acabar impactando en el que ha sido uno de los grandes motores del tirón económico británico en los últimos 20 años. Mientras el conjunto de la economía ha pasado de un índice 100 en 1970 a cerca de 250, la intermediación financiera ha pasado en ese mismo periodo hasta casi 400 y su crecimiento se ha producido sobre todo a partir de 1987, con la liberación mundial del movimiento de capitales.

El sector financiero tiene ahora un peso del 10% en el conjunto de la economía y aporta un millón de empleos directos. Las exportaciones financieras, excluyendo el sector de seguros, han pasado de 3.000 millones de libras en 1991 a 23.000 millones en 2006 (casi 30.000 millones de euros al cambio actual).

Nadie espera que la City de Londres vaya a entrar en crisis, pero el problema para el Gobierno es que ha acabado cuadrando los presupuestos para el año fiscal que empieza en abril con la asunción de que "las disfunciones actuales en los mercados financieros empezarán a ceder durante la segunda mitad de 2008 y las funciones crediticias empezarán a normalizarse a mitad de 2009". A partir de ahí, Alistair Darling ha recortado sólo en un cuarto de punto las expectativas de crecimiento para 2008 de hace seis meses (aunque 0,75 puntos básicos respecto a hace un año), dejándolas en el 2%. El consenso entre los analistas es que se quedará en el 1,7%. Más escepticismo aún hay sobre las previsiones para 2009 (2,5%, un cuarto menos de lo previsto) y para 2010, que se mantienen en el 2,75% ya previsto.

Con la libra a la baja respecto al euro y los consumidores más prudentes que en los últimos años -en los que han tirado de hipotecas baratas y tarjetas de crédito como nunca antes-, Darling espera que el sector exterior compense en parte la esperada caída del consumo y la reducción de las inversiones. Y ha tirado de los impuestos sobre el alcohol, el tabaco y los coches más contaminantes para cubrir las necesidades recaudatorias.

Opinión: Como se comenta en la noticia,  el Reino Unido se preocupa por la crisis económica que está por vivir el gobierno de Gordon Brown. Aunque Gran Bretaña había logrado tener una de las economías más estables de Europa,  esta vez, su moneda la libra esterlina se ha visto con una baja respecto al euro. Podemos concluir que el sector financiero que mantiene el Reino Unido no se ha fortalecido en los últimos años a diferencia de los miembros de la UE  que si adoptaron al euro. De cualquier forma, se sabe que Gran Bretaña se encuentra de la euro zona, así que si su moneda se llegará devaluar o necesitara ayuda comunitaria con un Banco central que controlara la economía, entonces podría adoptar al euro, pues cumple con los requisitos previstos.

Bibliografía:
Oppenheimer, Walter. "Londres se encomienda a los mercados". Marzo, 16, 2008. Periódico El País. Economía

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